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Francisco Santibáñez: "La plaza de Cieza en el puerto de Sagunto es un sueño hecho realidad"

Cieza.es | 3 de junio de 2020 a las 13:54

"Cieza tiene todo lo bonito que puede tener un pueblo: un casco antiguo, un río al que se puede ir caminando y el Puente de Alambre". Lo dice alguien que ama su ciudad natal por encima de todo y que necesita regresar cinco o seis veces al año para reencontrarse con su tierra.

Francisco Santibáñez vive feliz en el Puerto de Sagunto. Sin embargo, su regreso a Cieza por unos días le ha sentado de maravilla. Y es que es una persona muy apegada a sus raíces. El tesón con el que este aparejador jubilado de 67 años abordó promover una plaza llamada Cieza en ese núcleo urbano de la comarca del Camp de Morvedre es encomiable.

Él fue el artífice de una iniciativa de la que a buen seguro su padre, Demetrio, estaría orgulloso. Insistió durante muchos años y lo intentó por todos los medios. "Siempre quise homenajear a Cieza, especialmente a los hombres y mujeres que, en plena contienda civil, acogieron a aquellos trabajadores valencianos. Para mí es un sueño hecho realidad".

Cabe recordar que, en plena Guerra Civil española, Sagunto, donde existía una importante siderurgia e industria de armamento, sufría el asedio de la aviación del ejército nacional. Por tal motivo, el ejército republicano trasladó a diversas localidades, una de ellas Cieza, la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo, denominada Fábrica número 15 de la Subsecretaría de Armamento. A la vez que se evacuaron los talleres mecánicos a Cieza, llegaron también con lo puesto muchos trabajadores.

Tiene muy claro que el orgullo de ser ciezano se hace más grande cuando se consigue un logro de estas características. "Estoy francamente satisfecho de que la plaza contenga espacios de praderas en relieve (alguna recuerda a la Atalaya de Cieza) que producen sensación de profundidad y paseo arbolado, así como esparto, planta típica de los montes de nuestro municipio y que no podía faltar".


Y no contento con eso, el espacio público con más sabor murciano de este municipio valenciano se remata con una pequeña placa en cerámica alicatada en la que se muestra la silueta de la Atalaya y el Castillo atravesada por una sinuosa banda azul que quiere recordar al río Segura. Santibáñez da gran importancia a esto. No en vano, una imagen de la revista de Semana Santa 'El Anda' inspiró el diseño.


Asegura que si se pregunta a la mayoría de los saguntinos dónde está Cieza, lo más probable es que no sepan responder. Ahora, una vez conseguida la plaza ubicada en las inmediaciones del barrio de Los Pueblos e inaugurada el 8 de marzo de 2010, dice que sus vecinos que "nacieron allí y todavía viven sin saber situar a Cieza en el mapa, lo recuerden el resto de sus vidas".


Confiesa que "alguna vez me han preguntado qué me consideraba yo y siempre he dicho que ciezano". De su ciudad natal se queda con rincones como el Balcón del Muro o las espectaculares vistas desde la calle Hontana, pero si hay algo que no le cansa es el Puente de Alambre junto al Paseo Ribereño.

Francisco tiene un piso alquilado en el Paseo y a la hora de recomendar qué hacer un fin de semana no pestañea en ofrecer algunas ideas: "Un paseo por el casco histórico, vuelta por la Plaza Mayor y una visita al Museo de Siyâsa". También subir a la ermita del Santo Cristo. A la hora de ir de cañas, le gustan los bares del centro, donde echa de menos las patatas asadas de Pepe el del Sotanillo.

A pesar de tener una pasión especial por Cieza, seguramente le veremos envejecer en el Puerto de Sagunto, porque ese es su lugar. "Si fuera por mí me hubiese venido a mi pueblo tras la jubilación, pero mis hijos viven aquí. A mi actual pareja, Emilia, le gusta Cieza, lo que nos permite venir tantas veces como podemos". La localidad levantina se convirtió en su residencia hace muchísimos años, aunque necesita estar cerca de la Atalaya y el río Segura