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Cieza.es | 3 de junio de 2020 a las 13:39
Ángel Soler, que fue la voz y el compromiso por la integración social de las personas con discapacidad física, merece que le recuerden sus vecinos de Cieza. Era la tozuda fidelidad a una causa; era la adhesión insobornable a unos principios; era la lealtad a los más desprotegidos. Joven, porque a los 63 años se es todavía muy joven, murió el 22 de febrero de 2011.
Ana Martínez conoce bien la Asociación de Discapacitados Físicos 'Tocaos del Ala-Ángel Soler' en cuya plantilla es trabajadora social. Llegó como voluntaria en el momento justo, en el sitio justo, con la intención de echar una mano. "En 1992, el colectivo ya estaba implantado aunque no existía una verdadera concienciación social. Realmente, en esos primeros momentos de contacto con la asociación, Ángel fue lo que me enganchó de verdad".
De él resalta su condición de "persona con una sensibilidad especial hacia el mundo de la discapacidad". También hace hincapié en que la asociación, de la que Soler fue impulsor y cabeza más visible, "es hoy lo que es gracias a su labor. Fue el puntal para esta casa y ahora que ese pilar no está, ha sido asumido por la junta directiva" para subrayar, finalmente, que "ha sido un año muy duro porque se le echa mucho de menos".
A lo largo de su vida, como presidente de 'Tocaos del Ala' y como persona discapacitada, mantuvo una lucha sin descanso en defensa de los derechos de este colectivo. Su legado queda en manos de la asociación, que él fundó en 1985 y que después de su muerte dirigió Carmen Costa. En la actualidad es la vicepresidenta María Piedad Martínez la encargada de llevar las riendas hasta la próxima elección del presidente.
La trabajadora social cambia la expresión al recordar la enfermedad de Soler. Sus últimos meses de vida fueron especialmente crueles para él; su salud se le escapaba como agua entre las manos. Había salido airoso -eso pensábamos todos- de una operación. E incluso estaba claro que, cuando la enfermedad le hubiese dejado un mínimo resquicio, iba a seguir con su tarea, olvidando como un mal sueño todo lo que había soportado a lo largo del último año.
Martínez pone en valor su legado y recuerda que fue reconocido con el Diploma de Servicios Distinguidos de la Comunidad Autónoma de Murcia, a título póstumo. Y es que dignificó la discapacidad porque se mostró como la persona más capaz del mundo; y trabajó con el objetivo conseguir la integración de las personas con discapacidad y la normalización de su vida sociolaboral.
Las dificultades económicas asfixian, hoy más que nunca, a 'Tocaos del Ala', que sigue prestando atención sociosanitaria y formativa a diario en sus instalaciones de la calle Juan XXII. Pese a todo, mantiene el compromiso con aquellos que tienen alguna discapacidad física y que, gracias a la labor de Ángel Soler y a la de cuantos se sumaron a su extraordinaria iniciativa, pueden normalizar su vida laboral y social desde la plena integración.
A los 63 años de edad, tras una grave enfermedad, fallecía Ángel Soler, presidente y fundador de la Asociación de Discapacitados Físicos 'Tocaos del Ala'. La labor de este querido vecino de Cieza estuvo en los últimos 25 años dedicada a las personas con discapacidad física. Y lo hizo con la misma entereza que utilizó para sobreponerse de un accidente de tráfico que lo postró en una silla de ruedas.
Cabe recordar que Soler fue ingresado hace unos meses en Murcia para una operación, de la que aparentemente se recuperó, pero su estado se agravó en las últimas semanas. Con la noticia de su muerte se cierra una página mayor en la integración social de las personas con discapacidad física.
Ángel Soler (Cieza, 1948) se marchó con seis años a Marrakech (Marruecos), donde estudió en un liceo francés. Regresó a su ciudad natal en 1965 para continuar sus estudios en el centro Isabel la Católica. Fue profesor de Capacitación Agraria en prácticas de laboratorio en Alfaro (La Rioja) y Molina de Segura. Se casó en 1973 con Paquita López, de cuyo matrimonio nacieron sus hijos José Ángel y Arturo.