Gobierno de la ciudad
- Acciones de Gobierno
- Pleno
- Junta de Gobierno
- Comisiones de Gobierno
- Alcaldía
- Pleno
- Gobierno
- Gobierno Municipal
- Grupos Políticos
- Relación de Puestos de Trabajo
- Agendas
Cieza.es | 3 de junio de 2020 a las 14:04
"A veces me da pavor pensar que este virus pueda cambiar nuestra personalidad cálida, ese carácter español siempre abocado al contacto, al abrazo, a tocarnos y besarnos", confiesa la guionista y directora ciezana de títulos como 'Pipas' o 'Rumbos' en una entrevista concedida hace pocos días a El Rompeolas, programa de Onda Regional de Murcia. HBO comenzará a emitir este verano en todo el mundo su serie 'Por H o por B'.
A veces, la realidad más asumible como lógica, simplemente porque hemos llegado a ella tras una gradación de acontecimientos que nos parecen naturales y predecibles, se convierte, si la analizamos próvidamente, en una vivencia onírica que podría responder de manera indefectible a una escena del más rocambolesco de los sueños. Algo parecido sucede con la ficción artística, el cine o la literatura.
"Todo lo que el hombre puede ganar al juego de la peste y de la vida es el conocimiento y el recuerdo". La reflexión que Albert Camus vierte en su novela 'La peste' bien pudiera aplicarse a las circunstancias actuales que sufrimos, y la ciudad africana de Orán, perfectamente adoptarse como trasunto del planeta Tierra durante esta primavera del 2020.
Manuela Burló Moreno está de acuerdo con el Premio Nobel francés en esa idea de que, de esta pandemia, nos salvarán la sabiduría que podamos extraer de la pesadilla y, tal vez, las evocaciones que construyamos en un futuro sobre el triste recuerdo de estos días.
"Esta crisis -despeja- invita a la reflexión, a mejorar y cuidar muchas de las cosas que tenemos y no valoramos: vivir en un país en el que contamos con una sanidad pública cuyos trabajadores se han volcado por los ciudadanos arriesgando sus vidas, por ejemplo. En el ámbito mundial, esta pandemia es un grito de la Tierra mediante el que comunica que está enfermando, por lo que tendremos que tomar más conciencia y cuidar el universo en el que vivimos, incluyendo la solidaridad, pero también cosas aparentemente ínfimas, aunque superimportantes, como las relaciones personales".
Manuela Burló Moreno (Cieza 1978), directora y guionista. Licenciada en Arte Dramático por la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia (ESAD), completó sus estudios en la Escuela de Cinematografía y Audiovisuales de la Comunidad de Madrid (ECAM) y en el Instituto Cinematográfico de Madrid (N.I.C). Una de nuestras ciezanas más internacionales con títulos ya imborrables dentro de su currículum, como 'Pipas', cortometraje que ganó los premios a mejor guion y mejor dirección en el 'Notodofilmfest' y estuvo nominado a mejor cortometraje en la XXVIII edición de los premios Goya. En 2015 dio el salto al largometraje con la comedia 'Cómo sobrevivir a una despedida' y al año siguiente estrenaba su segunda película, 'Rumbos', de la que también fue autora del guion y que protagonizaron Pilar López de Ayala, Karra Elejalde y Carmen Machi entre otros. Sus primeros trabajos como directora y guionista los firmaba bajo el nombre de Manuela Moreno, su segundo apellido, ya que su primer apellido, Burló, lo utilizaba como actriz. Fue con 'Rumbos', su película más personal, cuando comenzó a firmar como Manuela Burló Moreno.
Una cineasta que considera que el asedio del coronavirus está operando el pertinente truco de magia que hace posible que la gente destape todo lo que es, todo lo que lleva oculto: sus grandezas, pero también sus miserias, siguiendo un poco, otra vez, de alguna manera, el aserto de Camus acerca de que lo peor de la peste no es que mate a los cuerpos, sino que desnuda las almas y ese espectáculo suele ser horroroso.
En su opinión, "sale lo mejor y lo peor de cada uno. También te expones a una vulnerabilidad y a una situación límite que te deja un poco en bragas. Se están dando momentos muy delicados que muchos no estaban preparados para gestionarlos. Familias que se ven obligadas a recurrir a la petición de ayudas y, directamente, comida. Algunos sienten vergüenza por tener que pedir para poder comer y alimentar a sus hijos, porque esta pandemia los ha abocado a unas circunstancias extremas de paro y de pobreza".
Está convencida de que el mal viento negro que nos barre esta primavera solo puede combatirse con "optimismo, porque no queda más remedio que sacar lo mejor de uno mismo estos días y poner nuestro empeño para mejorar el futuro. En la coyuntura presente, al margen de las instrucciones y normas de carácter general que nos dan para comportarnos, creo en el individuo en sí. Cada uno, individualmente, debe aplicar sus medidas con sentido común no tomando la situación a la ligera, sin subestimarla. Es esencial que cada uno aporte su granito de arena para vencer a este bicho invisible que nos rodea".
La pandemia actual nos hace, ineluctablemente, indagar en la historia buscando referencias comparativas, como la descrita en el 'Decamerón', obra maestra de la narrativa medieval italiana, que recibió su apoyatura histórica, precisamente, en el episodio de peste bubónica o peste negra que azotó Florencia en 1348, y por lo que un grupo de jóvenes compuesto por siete mujeres y tres hombres, tratando de escapar de la epidemia de la plaga, se aíslan en una villa a las afueras de la ciudad y allí, cada uno de ellos, da rienda suelta a su imaginación para contar las más variopintas historias.
Manuela cree que nuestra peste actual servirá también de inspiración, igual que el relato de Bocaccio, para creaciones literarias y cinematográficas del futuro. "De hecho ya está ocurriendo -corrobora-, está siendo muy rápido. Ya hay series de televisión que están emitiendo con el planteamiento un poco basado en esta circunstancia histórica. Como guionista, creo que, de cara a la ficción, esto estará en los escritos, se retratará porque habrá un antes y un después cuando acabe este episodio. Justo hace un año, yo estaba rodando una serie para HBO que estrenamos casualmente este verano. Estábamos trabajando en el centro de Madrid, en Malasaña, con las plazas a reventar de gente, en esas fechas maravillosas en las que todo el mundo se echa a la calle y las terrazas y, solo un año después, es todo tan diferente... Creo que, incluso, nos va a afectar, además de en la narrativa y la ficción, en la manera de contar historias, porque habrá personajes que hablen de ello, del confinamiento y de las situaciones insólitas, también en lo personal, nos influirá en las relaciones personales, que se fortalecerán o se romperán. Va a suponer una irrupción en la ficción, pero también en el día a día, en la forma de relacionarnos. El español es supercariñoso, muy afectuoso, muy de tocar. Nos alejamos bastante del concepto nórdico. Aquí, si hace tiempo que no ves a alguien, enseguida le das dos besos. Sentimos necesidad de tocarnos, de abrazarnos..., y todo esto, a partir de ahora, se va a modificar. A veces me da pavor pensar que cambie nuestra personalidad, nuestro carácter español. Y, en cierta forma, va a ocurrir".
El confinamiento, de forma paradójica, ha resultado liviano para ella sencillamente porque su trabajo como redactora de guiones lo desarrolla normalmente en su residencia madrileña y, a penas, ha notado variación en su hábito. "Paso mucho tiempo en casa escribiendo, por ello el encierro no lo he llevado tan sumamente mal si quitamos, por supuesto, el no poder ver a mi familia. No quiero que vuelva a ocurrir esto nunca más, pero la mecánica de mi trabajo me ha propiciado que haya gestionado la situación mejor que otras personas que siempre trabajan fuera, que se relacionan todo el rato, que su manera de convivir consiste en quedar todos los días con amigos, salir a tomar cañas..., con una vida social más intensa que, quizá, la que yo pueda tener. También es verdad que esta pandemia y el confinamiento me han pillado terminando la serie para HBO y he estado trabajando desde casa; me han instalado monitores calibrados, altavoces, etc. Afortunadamente, a través de Internet me envían cosas y voy mandando anotaciones sobre ellas. Así es que no ha sido tan dramático como para otros amigos míos que han sufrido pequeñas depresiones o gente que ha perdido a sus familiares sin poder despedirse, comiéndose el duelo entre cuatro paredes, lo que resulta todavía más cruel. He tenido la gran fortuna de que no me haya pasado esto. No he tenido a nadie cerca, dentro del círculo de mi familia o amigos próximos, que se haya visto afectado de manera trágica, pero no puedo por ello dejar de empatizar con tantas personas que han sufrido mucho".
Los proyectos de Manuela Burló han sufrido un frenazo por culpa del estado de alarma, pero no en seco. "No, en seco no, pero sí que se ha modificado la manera de afrontarlos. Yo ahora mismo me encuentro terminando los 10 capítulos que componen la serie, completamente acabados de montar y editar solo a falta del 'chapa y pintura', que sería la corrección de color y la mezcla de sonido; esto último siempre se hace en un estudio profesional y el proceso lo he tenido que llevar a cabo esta vez en casa gracias a la tecnología puntera de la que me ha dotado la productora. Cuando se rebaje el estado de confinamiento, podremos acudir a una sala profesional para realizar el visionado y las mezclas de sonido con el fin de poder testar que está todo correcto. Nos dará tiempo, porque la serie se estrena este verano. Tengo otros compañeros a los que les han parado rodajes. Y retomar filmaciones ahora sí va a ser más complicado, porque imagina una escena en la que dos actores se tengan que besar... A partir de ahora, la manera de enfrentarte a dirigir una escena va ser difícil. Tenemos que encontrar las herramientas y agudizar el ingenio para ver cómo podemos continuar con todo esto. Porque esto tiene que seguir, es importante. Fíjate el gran servicio que han prestado el cine, las series, los dibujos animados a las personas que se han tenido que quedar encerradas en casa por el confinamiento. Entretenimiento y cultura durante este tiempo de oscuridad. Es un valor importante que hay que cuidar".
Entre las perspectivas profesionales más inmediatas de Manuela Burló se encuentra concluir y estrenar este verano la serie para HBO ya mencionada, que llevará el nombre 'Por H o por B'; "algo completamente personal que viene del cortometraje 'Pipas', que, como bien sabéis, me dio muchísimas alegrías, y que se va a emitir a nivel mundial, con lo que va a ser un escaparate fabuloso, con las mismas actrices, los mismos personajes, todo igual. En paralelo, sí que estoy terminando el guion de mi próximo largometraje. El título no está definitivamente cerrado; de momento, se llama 'Lo nuestro', una especie de thriller con una historia muy chula".
Siendo patente su incursión cada vez más decidida en el ámbito de los metrajes largos, la directora ciezana admite que, si pudiera vivir de los cortos, lo haría. "Yo devoro relatos cortos. Lo que más leo son libros de relatos cortos. Siempre me pregunto por qué cuando vas a una librería puedes pagar por una novela o un libro de relatos cortos; sin embargo, los que hacemos cortometrajes no podemos llegar a vivir de ellos".
Lo peor que está llevando Manuela Burló en esta etapa infausta es no poder ver a su familia. "Yo vivo aquí en Madrid y durante todo este tiempo no he podido ir a Cieza, donde están mis padres y mi familia, que es muy numerosa. Este año he echado mucho de menos esa Semana Santa fabulosa que tenemos. Tengo ganas de disfrutar en mi pueblo de mi familia y amigos. Añoro tocarlos, verlos. El miedo que se te mete ahora dentro es que, cuando se abra la veda y finalmente podamos vernos, a ver la manera en la que te comportas, porque, aunque vayas con mascarilla, te entran ganas de abrazar a tus padres, a tus sobrinitos y, de repente, caerás en el temor de la posibilidad de ser asintomático cuando tus padres ya tienen una edad¿ Todo esto va a crear una evidente paranoia. Pero es de lo que más ganas tengo: bajar a Cieza y ver a mi familia".